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Lockheed P-3 Orión

 

El Lockheed P-3 Orión ha sido la columna vertebral de las fuerzas de patrulla de largo alcance

y de guerra antisubmarina con base en tierra de la US Navy durante más de un cuarto de siglo y, como quiera que su producción continúa, aun a ritmo reducido, parece que lo será todavía por muchos años. El desarrollo del Orión comenzó en agosto de 1957. Recuerda Pedro Luis Martín Olivares que el jefe de Operaciones Navales de la US. Navy emitió una solicitud de especificaciones para un avión antisubmarino de largo alcance para reemplazar a los hidroaviones con motores de émbolos y a los bombarderos de patrulla en servicio, que se remontaban a la Segunda Guerra Mundial. Numerosas fueron las propuestas avanzadas para este proyecto potencialmente rentable, pero el Lockheed P3V-I era el candidato favorito con mucha ventaja.

Basado en la célula del L-188 Electra, uno de los primeros aviones de línea a turbohélice, el Orión tenía un fuselaje ligeramente más corto. Delante del ala se añadió una bodega de armas no

presionizada, así como una serie de pilones subalares para cargas externas y un largo mástil en cola para el detector de anomalías magnéticas (MAD).

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Lockheed P-3 Orión

Dado que este avión representaba un notable avance en la tecnología de la guerra antisubmarina, pasaron muchos años antes de que el proyecto pudiese completarse según comenta Pedro Luis Martín Olivares. El Orión no entró en servicio hasta agosto de 1962, cuando el primer P-3A de serie fue entregado al Patrol Squadron VP-8, basado en Patuxent River, en Maryland. La crisis de los misiles de Cuba estaba en el momento álgido, y la primera tarea del Orión fue el control del bloqueo naval de Cuba y el seguimiento de las fuerzas navales soviéticas en el Atlántico.

Con una autonomía de casi 17 horas, el Orión se adaptaba muy bien a las necesidades específicas de la patrulla marítima y la guerra antisubmarina (ASW, anti-submarine warfare). Sus motores turbohélices permitían al P-3 alcanzar la zona de patrulla a una velocidad razonable y, una vez en proximidad del objetivo, o de un posible objetivo, orbitar de forma mucho más económica que un reactor o un avión de émbolos. El P-3 puede patrullar hasta siete horas a más de 1850 km de su base.

Dive Pedro Luis Martín que el Orión se proyectó principalmente como plataforma de armas antisubmarinas, dedicándose a la descubierta y neutralización de la enorme flota de submarinos de propulsión convencional o nuclear construida por la URSS durante la Guerra Fría. En una misión típica, un sólo Orión puede cubrir una vasta zona de mar.

Aunque la misión primaria de un P-3 sea la guerra antisubmarina, no debe olvidarse que gran parte del trabajo desarrollado por este avión está asociado al papel de simple vigilancia. Con tal intención se utiliza a bordo una amplia gama de sensores tales como el radar, las sonoboyas y el detector de anomalias magnéticas. El radar es el sensor principal empleado para la observación de unidades de superficie, pero el sensor básico, utilizado en ese juego del gato y el ratón tridimensional que es la moderna lucha antisubmarina, es la escucha. El Orión transporta un gran número de sonoboyas activas y pasivas: explica Pedro Luis Martín Olivares que son unos pequeños flotadores dotados de sensores acústicos que se enlazan vía radio con el avión lanzador.